A cada mujer abusada, humillada, infravalorada, sexualizada, violada, juzgada, o no. A cada mujer que sufrió por el hecho de ser mujer, y todo lo que conlleva. A cada hombre que abusó, humilló, infravaloró, sexualizó, violó y juzgó a una mujer por el hecho de ser mujer, o no. A cada persona que teme ser calificada de “machista». A cada persona que lea esto. Esto es para vosotros, sin acritud.
Ser machista no te convierte directamente en una mala persona, y me explico. El machismo va implícito en muchos de los movimientos y actitudes cotidianas. Es lenguaje, es forma de vida, no lo hemos inventado nosotros. Se encuentra en nuestra forma de ser y actuar por herencia, no siempre por voluntad.
Sabemos que desaprender es difícil, que puede resultar complicado ponerse en la piel de una mujer si no lo eres, que a veces decimos cosas que os suenan a chino, porque no sois mujeres. Podríamos empezar por perderle el miedo a esta palabra y asumir el machismo forma parte de nuestra vida, de nuestra base educativa, y no intentar negar la evidencia.
Tú, como hombre, has demostrado esfuerzo, trabajo, respeto, valores y principios. Yo, como mujer, probablemente tendré que demostrar el doble de esfuerzo, trabajo, respeto, valores y principios para llegar a donde tú estás.
No existen los héroes ni las heroínas. La imagen que nos han colado como positiva de mujer fuerte, madre fuerte, abuela fuerte, trabajadora fuerte, la imagen que hemos creado de super mujer que tiene que poder con todo y entonces será merecedora de todo el respeto y admiración del mundo. No nos hace ningún favor, a nadie. La fortaleza no es un hecho genéricamente diferencial, depende de la persona y su carácter. No existen el sexo débil ni el sexo fuerte.
Porque estamos hartas y hartos de oír y creernos contradicciones como que una mujer con carácter, personalidad y sin pelos en la lengua sea una arpía, y un hombre con carácter, personalidad, y sin pelos en la lengua sea un tío de los pies a la cabeza.
A los hombres que pensáis que no sois machistas por el hecho de colaborar en casa. Lo sois, por pensar que vuestro desempeño en las tareas domésticas es una colaboración, que además algunos pintan como altruista o desinteresada, y no un deber compartido más.
A las mujeres que pensáis que vuestros maridos/parejas son lo mejor del mundo por ayudaros en casa. Que son seres excepcionales por arrimar el hombro. “Menuda suerte he tenido”, “A mi esque me ayuda mucho con los niños». En este caso las machistas sois vosotras, por pensar que su desempeño en las tareas domésticas es una colaboración, altruista, desinteresada, y no un deber compartido más.
También los sois vosotros, padres y madres, que enseñáis a la niña a barrer y al niño a construir. Que regañáis a la niña desordenada diciéndole que “esa habitación no es de señorita”.
A las mujeres que no practican la sororidad, juzgando el aspecto y, en definitiva, las decisiones que toman otras mujeres. También lo sois, lo somos. Hace unos días vi un vídeo de una mujer, se titulaba “Feminismo VS sentido común”. En él citaba, textualmente, que hay chicas que se visten como quieren, pero que tienen que ser conscientes de que están enviando un mensaje sexual. Que salen con sus amigas, andan solas, se emborrachan. Que ¿qué vas a esperar que ocurra? “Mínimo te van a violar”, contestaba con total normalidad.
Que las mujeres, si queremos igualdad, tenemos que aprender a defendernos igual que los hombres, por ejemplo llevando un spray de pimienta en el bolso.
Y en este tipo de mensaje es donde reside el error, y por tanto el problema. En pensar que una violación se produce por un mensaje sexual que se envía con un tipo de vestimenta, por una borrachera, por volver a casa sola. Que se produce en parte, al fin y al cabo, por algo que “hace mal” esa mujer, y no por un problema que tiene el hombre que la viola. Que salir con escote y volver a casa sola está mal. Y no vemos que el problema no es el escote que yo me pongo, sino cómo lo miras y lo entiendes tú. Que el problema no es que yo vuelva a casa sola, sino que tú te creas que puedes seguirme y acosarme con total libertad. Porque claro, soy una chiquilla, y como llevo un escote, lo mismo esque busco algo.
Por último, hombre, te reconozcas o no en estas palabras, este movimiento también existe para garantizarte un estado de bienestar a ti. Para que no tengas que sentirte obligado a ser el sustento de tu familia. Para que puedas expresarte sin ser juzgado, llorar sin ser “un nenaza”. Para que se deje de tacharte de macho y de criminal por ser hombre. Para que puedas practicar la disciplina que elijas sin sentirte fuera de lugar. Para que divorciarte no signifique tener las de perder, para que seas valorado como padre y se te tenga en igual consideración en la paternidad de tu hijo. Para que no te sientas mínimamente obligado a pagar la cuenta, a cuidar cada detalle para parecer “todo un caballero”.
Todos somos o hemos sido machistas, incluido tú. Porque si estás leyendo esto, hombre o mujer, o género no binario, formas parte actualmente de este mundo, y este mundo es así, funciona así. Todos deberíamos ser feministas, porque si estás leyendo esto, hombre o mujer, o género no binario, formas parte actualmente de este mundo; el machismo te perjudica directamente, y el feminismo te beneficia directamente.