Se llama Amanda, y tiene el pelo rojo.

La chica del pelo rojo no tiene tiempo de no distraerse. Mira por la ventana pero no ve ningún paisaje más que el vestido que se pondrá el sábado. Lleva cascos y solo oye ruido exterior. Sabe que cuando la vida pica, hay que joderse. Sabe que no todos los días son tan buenos como aquél, y se alegra por ello.

La chica del pelo rojo tiene dos amantes. Uno no le deja vivir, el otro tiene a otras dos de pelo azul y negro. El deseo no entiende de colores ni de números.

La chica del pelo rojo no baila porque no sabe, pero canta por la misma razón. Ve comedias en la televisión para deleitarse con cada carcajada enlatada. A veces se queda despierta hasta las 3, quitándose las bolillas del pijama, y no sabe dormir sin su gato.

La chica del pelo rojo es más alegre de lo que parece, y parece tan inteligente como es. Le gustan los lunares y los juegos de mesa, tiene alergia a la hipocresía y no sabe contar hasta 10 sin perderse en alguna anécdota graciosa de la semana anterior.

(…)

Deja un comentario