Tengo un cabreo de narices.

Estereotipos. Ideales. Basura.
¿Por qué no podemos ser simplemente como somos sin que nos hagan sentir extraños, feos, gordos? ¿Por qué a veces se nos valora como válidos o no válidos según nuestra talla?
Estoy harta de leer ofertas de trabajo en las que el requisito más importante a cumplir es eso de «buena presencia». Hoy he leído: » No admitimos chicas a partir de la talla 38″.

¿Qué nos pasa? Me gustaría saber qué tipo de persona exige este tipo de requisitos. Se nos está yendo de las manos. No entiendo que se exija antes un buen cuerpo a una buena formación o experiencia.

Pongamos los pies en la tierra, vivimos en el mundo real, donde hay gente gorda y flaca, fea y guapa, inteligente y mediocre. Y todos, todos sin excepción, consumimos. También es cierto  que a todos nos gusta cuidarnos y vernos guapos pero, ¿por qué intentáis vendernos una cara, un cuerpo, una persona que no existe? ¿Por qué tanta obsesión por intentar borrar kilos, granos, arrugas…? Están ahí, son parte de ti, de mi, de todo el mundo, y me parece ridículo obviar e ignorar que no somos tan perfectos como quizás nos gustaría.

Tengo 19 años. Mido 1.57 y uso una 40/42. No tengo una piel perfecta ni un moreno caribeño. Odio mi nariz y mi sonrisa no es mi fuerte. Ni me obsesiona la moda ni pretendo que lo haga. Soy de vaqueros y sudadera. Y hasta hace relativamente poco me acomplejaba cada parte de mi cuerpo. Es cierto que me gustaría tener mejor cuerpo del que tengo, pero no por ello pienso que soy menos que nadie o vivo amargada y cabreada con el mundo. Quizás más tarde de lo que me gusta reconocer, he aprendido a valorar lo importante, lo interior, y no comprendo la obsesión que tenemos con aparentar lo que no somos.

Así que por favor, señores de Inditex entre otros, a ver si se ponen de acuerdo para tallar la ropa de una manera razonable y dejan de jugar con número arriba y número abajo, que yo y las chicas de mi generación ya nos conocemos cómo va el tema, pero habrá niñas que no. Que pasen un mal rato como los pasaba yo por tener que comprarse unos pantalones special size, y hacerles sentir eso, special en el peor de los sentidos.

Tampoco os quedáis atrás las marcas de cosmética, que manipuláis las imágenes de una manera alucinante. A las modelos no les sobra ni un pelo de la cara, pero es que las retocan hasta el color de los ojos. Que alguien me explique qué tendrán que ver las arrugas.

Igual que hablo de mujeres hablo de hombres, que en publicidad están todos buenísimos y tienen un torso que ni esculpido.

Se os ve el plumero, y estoy harta, de los que creáis este tipo de estereotipos y de los que los apoyáis. Y ahora me voy a seguir estudiando, para el día de mañana intentar evitar (probablemente sin éxito) que una cara bonita vacía me quite el sitio.

Coliflor

De acuerdo con estudios de redes sociales conocemos entre 2000 y 5000 personas a lo largo de nuestra vida. Hoy, yo tengo 19 años, por lo que basándome en la cifra más baja (2000) y en que viviré unos 85 años, yo habré conocido a lo largo de mi vida a unas 448 personas. De esas 448 resto a mi familia, unos 18 incluyendo primos y no primos, y me quedan 430. (Sí, he tenido que sacar la calculadora para hacer el problemita).

430 personas que han pasado por mi vida; algunas que desearía que nunca hubieran pasado por ella, otras que agradezco y mantengo, y otros tantos conocidos de los que probablemente ni me acuerde.

Hoy quiero agradecer el paso de todas ellas, pero en especial de una. La que lleva a mi lado desde los 11 años. Con la que he compartido mi pubertad, mi pavo, mi época chunga de cejiparti, mi adolescencia, y con la que estoy dispuesta a compartir mi juventud. Una de las muy pocas que me han visto llorar, que ha estado conmigo en mis peores días, y noches. La que me baila twerking y me dice cosas preciosas como «zorra» cada vez que puede. Con la que sé que puedo contar las 24 horas del día, los 365 días del año. Y sin duda con la que más me he reído y disfrutado. Hemos crecido y madurado juntas, y cuando pienso que somos como hermanas no exagero, a los hechos me remito. Creo que en 8 años no hemos estado enfadadas durante más de dos días seguidos. Y no será porque somos iguales, porque diferencias tenemos todas las que se pueden tener y más. Cada una con su vida, su ritmo, sus formas, sus gustos, su carácter, pero con la certeza de que siempre encontramos la forma de entendernos y apoyarnos.

No es por presumir (o sí), pero me gustaría saber cuántas personas de esas 448 se sienten identificadas con esto. Probablemente muy pocas, pero ojalá todas entiendan o lleguen a entender a lo largo de su vida lo que digo.

Y hoy no es tu cumpleaños, ni un día para nada especial. Pero creo que cuando realmente estás agradecida a una persona, no necesitas un motivo concreto para decírselo o demostrárselo. Así que hoy, un jueves cualquiera, te doy las gracias por todos estos años y por todos los que están por venir, que espero que sean los 66 que he supuesto que me quedan. (Sí, he vuelto a sacar la calculadora para restar 85-19)