Me he tragado una canción

Era la primera tarde otoñal del año y ya estaba lloviendo a cántaros. No me quedó otra que quedarme en casa a colocar los cachivaches que mi abuelo había traído de su casa en Galicia. Encontré nada más que antiguos objetos que desprendían nostalgia, entre ellos una antigua radio Vanguard. Tras examinarla, la encendí. De aquel viejo trasto brotó la mejor obra de arte que cualquier virtuoso hubiera creado; Bohemian Rhapsody, de Queen. Sentí esa canción en lo más profundo de mi estómago. Me recordaba a los viajes en coche con mi padre, a las anécdotas que mi tía me contaba de la Movida Madrileña durante su etapa de estudiante. En definitiva, me trasladaba a aquella época de la que siempre me he sentido contemporánea.

Había permanecido bebiendo de esos acordes durante toda mi existencia, y no era esa espléndida melodía, sino su sentido, lo que me erizaba el vello de los brazos. Años y años atrás me había tragado esa canción, y ya no hay forma de sacármela.

353 kilómetros

Parece que sea la última vez que te veo. Solo nos separa la ventana del tren. Hacía mucho tiempo que no sentía un latido de nostalgia. Tú vuelves a tus raíces, a ese lugar en el que el cielo es gris y huele a clorofila. El norte no es para mí, y eso lo sabíamos tú y yo. Puedo observar tras el cristal cómo tus lágrimas caen, por mucho que intentes disimularlas.  “Tranquilo amigo, – pienso –  yo tampoco puedo contener las mías.”

Sentada en el filo de la escalera, te observo mientras recuerdo nuestro primer baile,  en la primavera de 2012. Yo vestía una falda granate, de ti solo recuerdo un peinado desaliñado, de esos que tanto te gustan. La orquesta sonaba funesta, pero ninguna partitura mal interpretada podría resultarnos desagradable en ese momento.

¡Cómo hemos cambiado! Me gustaría saber hasta cuando no volverás, pero ya es tarde, el tren va a partir. Me encuentro como en esas películas americanas en las que las despedidas se hacen eternas  y concluyen con un pequeño y oscilante pañuelo blanco. Te dedico la mejor de mis sonrisas. “Nos vemos pronto.”